Con
frecuencia las personas asumen que las explicaciones complejas de
conceptos abstractos son demasiado confusas para que los niños las
entiendan. Pero lo cierto es que los niños tienen una curiosidad
natural y quieren saber cómo funcionan las cosas. Generalmente
entienden perfectamente los argumentos razonables, y además tienen
la intuición de su lado para saber qué es importante y qué no lo
es.
Contando
con esto, Gripshover y Markman, académicos de Stanford, crearon
cinco libros narrativos que tratan el tema de la alimentación.
Los libros enfatizan en conceptos clave sobre la comida y la
nutrición, incluyendo la importancia de la variedad; cómo funciona
la digestión; los diferentes grupos de comida,; las características
de los nutrientes y cómo los nutrientes ayudan al funcionamiento del
cuerpo.
“Buscamos
promover la curiosidad creando un marco de trabajo para guiar a los
niños a comprender más a fondo por qué deben comer una variedad de
alimentos nutritivos”.
Un
libro distinto fue leído cada semana en dos clases de preescolar
durante la hora del lunch por alrededor de tres meses, mientras otras
dos clases tuvieron su hora del lunch sin intervenciones.
Los
científicos encontraron que los niños que escucharon la lectura
sobre nutrición doblaron su ingesta voluntaria de vegetales durante
el recreo, y la cantidad de vegetales que comieron los niños que no
escucharon las lecturas se quedó igual.
“Lo
que hace a nuestro material distinto de los demás es el cuidado que
pusimos en explicarles a los niños por qué sus cuerpos necesitan
diferentes tipos de comida saludable. No entrenamos a los niños a
comer específicamente más verduras”, añadieron.
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