HIGIENE EN LOS NIÑOS
La adquisición de buenos hábitos higiénicos es fundamental
para evitar infecciones, inflamaciones o enfermedades y, para facilitar la
integración social del niño.
Al comienzo de la vida escolar, los niños empiezan a hacer sus
grupos de amigos y, por lo general, los que poseen un aspecto sucio o malos
olores son rechazados por los demás. Cuando hablamos de buenos hábitos de higiene, no nos referimos a que el niño esté siempre impecable, sino a enseñarle que hay ocasiones como cuando juega en el parque, utiliza pinturas o va de excursión al campo en las que ensuciarse es aceptable y, que hay otras ocasiones, cuando va al colegio, reuniones familiares o cuando sale de paseo que tendrá que estar limpio y aseado
Desde pequeños debemos crearle éstos hábitos, enseñándoles poco a poco cómo deben lavarse e incorporando el aseo personal a su rutina diaria.
Para ello, hemos de enseñarle con el ejemplo, con paciencia y facilitando que las cosas estén a su alcance. Así por ejemplo, si es necesario, debemos tener una banqueta en el cuarto de baño para facilitarle que llegue al lavabo, y que siempre esté acompañado por un adulto cuando la use. Con el paso del tiempo, observaremos cómo cuando logra incorporar estos hábitos de higiene a su vida cotidiana, desarrolla un sentimiento de satisfacción, independencia y de bienestar, al aprender a cuidar de su propio cuerpo.
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